"Quiero jugar la Recopa"
El Mariscal, que rescindió con el Barcelona y resignó mucha plata para volver, se entusiasma con debutar el miércoles: “Mi lugar en el mundo es Independiente”.
Había un tipo que era tan pero tan pobre que lo único que tenía era dinero”. Esa frase, contada a Olé por Gabriel Milito, sirve para explicar a la perfección por qué lo económico no fue un obstáculo para cumplir su sueño de volver a Independiente. El vagón de plata que resignó (va a ganar en el Rojo menos de un cuarto de lo que habría ganado una temporada más en el Barcelona) no es lo más importante para él, como ya demostró en otros momentos de su carrera, al rechazar ofertas o dejar un porcentaje de su venta al club de Avellaneda. “Mi objetivo, a esta altura de mi carrera, es jugar con continuidad, algo que en el Barsa no iba a tener. Y ahí pesaron mis ganas de regresar, más allá de otras ofertas que tuve. Siempre dije que iba a volver pero no quería venir de más grande para retirarme dejando una mala imagen. Hoy me siento bien, motivado, y tengo cuerda para rato”, se confesó, todavía asombrado por el cariño de esas casi 150 personas que coparon la sede de Mitre para ver en vivo y en directo el retorno al club de uno de sus últimos ídolos. Ahí donde firmó su contrato por tres temporadas.
A un mes de cumplir los 31 años (el próximo 7 de septiembre), Milito conserva los rulos y el acné juvenil que tenía hace ocho años, cuando partió de Independiente rumbo a Europa tras haber vivido más de diez años en el club. Lo que también mantiene es su amor por el Rojo. “Venir a la sede me trajo muchos recuerdos, como la otra vez que fui a la cancha y me acordaba cuando acompañaba a mi abuelo Antonio a la platea. El me hizo de Independiente y, hoy, que tiene 80 años, sigue siendo fanático”, contó.
-¿Qué te dijo tu abuelo cuando se enteró? -Se puso contento. Espero que a la gente también le guste mi regreso. Para mí es cumplir un sueño que siempre tuve estando en Europa. Barcelona es muy lindo, pero mi lugar en el mundo es Independiente. Acá me siento cómodo.
-¿Y tus hijos? Te van a ver jugando con la camiseta roja que seguramente ven en los videos.
-Sí. Luca tiene tres y es chiquito, aunque ahora lo vamos a hacer socio del club como ya lo es Santiago. El más grande siempre me pedía ver el video del partido contra Boca, el del gol de Pusineri. El está entusiasmado porque le inculcamos el fanatismo, je. Sé que es un cambio grande volver al país, al fútbol argentino, pero espero adaptarme rápido.
Justamente, otra de las cosas que el hincha espera que el Mariscal mantenga es aquel alto rendimiento que lo hizo trascender en su primera etapa en el club. “Me siento bien, desde que terminó la Copa América, que fue una decepción para todos nosotros, me estuve entrenando solo. Mi idea es mostrar un buen nivel, estar a la altura. Ojalá que este segundo ciclo sea tan bueno como el primero”.
-El miércoles es la primera final de la Recopa...
-Sí, y la quiero jugar. Veremos en estos días qué opina el técnico, cómo me voy sintiendo, pero me motiva jugar una Copa. Habrá que ver cómo llego, claro.
-Viniste para volver a ser campeón. ¿Pensás hacerlo como capitán? -Mi objetivo es disfrutar de estos tres años y repetir aquel título del 2002, que fue una de las cosas más lindas que viví en el fútbol. Lo de la cinta es secundario. Hoy el capitán es Tuzzio y soy respetuoso. Lo que quiero es devolver todo lo que el club me dio.